Principio
de contigüidad temporal
Aprendemos mejor cuando
imágenes y palabras relacionadas se presentan simultáneamente en vez de
presentarse sucesivamente.
Supongamos que tenemos que
enseñar a alguien cómo funciona un motor de combustión. Una opción consistiría
en explicar primero, durante un buen rato, los conceptos y detalles y, a
continuación, mostrar unas imágenes o una animación que ilustra lo explicado.
Otra opción sería la de mostrar las imágenes o la animación al mismo tiempo que
explicamos los conceptos. El principio de contigüidad temporal afirma
que en el segundo caso el aprendizaje es mejor.
Si las partes de narración
van acorde con las animaciones, el receptor puede retener más fácilmente ambos
elementos en su memoria de trabajo. De este modo, el receptor podrá construir
conexiones mentales entre las representaciones verbal y visual, y dotar de
mayor significado la información que va procesando.
Si bien el principio de
contigüidad espacial hace referencia a imágenes y palabras que aparecen en
una página o pantalla, el principio de contigüidad temporal tiene que
ver con imágenes mostradas y voz narrada. Ambos principios contradicen la
corriente teórica que afirma que para fomentar el recuerdo, es mejor exponer
dos veces una misma información, con representaciones distintas (texto e
imagen, por ejemplo). Como ya comenté en Diseña tus diapositivas
respetando el principio de contigüidad espacial, la teoría cognitiva del
aprendizaje multimedia de Richard E. Mayer se basa en la idea de
que el aprendizaje es un proceso activo en que el receptor se esfuerza en
darle sentido al material presentado. Precisamente la información a procesar
toma mucho más sentido cuando las imágenes y la narración relacionada son
simultáneas y se integran a la vez en la memoria del receptor.
El principio de
contigüidad temporal no es tan aplicable cuando:
Se alternan segmentos breves
de voz narrada con segmentos breves de animaciones (8-10 segundos por
segmento). Entonces el aprendizaje también es bueno porque con intervalos tan
breves el receptor es capaz de retener la información narrada mientras ve la
animación correspondiente.
Cuando los conceptos a
aprender son controlados por el receptor, en vez de por un instructor. Es
decir, el receptor puede marcar el ritmo de asimilación de nuevos contenidos
(pausando cuando sea necesario, o volviendo a ver alguna de las partes, etc).
Este principio, junto con
el principio de redundancia, refuerza aún más el hecho de que es
mejor usar diapositivas visuales, con poco texto y con muchas imágenes o
animaciones, que complementen visualmente las explicaciones narradas por parte
del presentador.
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